La tradicional zambomba jerezana, que José Manuel Coca construye con mimo y sobre todo, con arte, es un compendio de saberes y materiales locales.
La zambomba es un instrumento sostenible que nace de la reutilización de un recipiente cerámico (tinaja u orza), antaño utilizada para contener alimentos, que con el uso de materiales naturales como el carrizo, la muselina de algodón, cuerdas y garbanzos (o canicas), José Manuel Coca transforma en un instrumento artesanal.
La zambomba jerezana está en el centro de la celebración homónima, evolución directa (y pública) de las reuniones prenavideñas de familias, vecinos y amigos en casas y patios. Celebraciones íntimas, ligadas a la convivencia, a la comida y la música.
Con una gran carga identitaria y simbólica, paradójicamente, las zambombas Coca hibridan la tradición más pura y los saberes locales, con la innovación (su estructura de carrizo desmontable alarga la vida util y facilita el almacenamiento). Hoy las orzas vienen de Jaén (ya no se conforman este tipo de objetos en los alfares jerezanos), las telas de Barcelona u otras zonas de industria textil,... aunque Jerez sigue siendo tierra de ceramistas, de cultivo de algodón, y sobre todo, de tradición.
Eso sí, los carrizos siguen siendo puramente jerezanos, y su elección, en la que José Manuel es un maestro, es crucial: no todas las cañas sirven, hay que cogerla en su justo momento del año, y dejarlas secar.
Con él hemos disfrutado de una pequeña exploración en los cañaverales que rodea la ciudad, donde recoge con meses de antelación las varas apropiadas en verde, para que una vez secas sirvan para ser adaptadas como cañizos para hacer sonar la zambomba cada mes de diciembre.
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